Yo madre
DESCRIÇÃO DO JOGO
Un viaje prehistórico único.
Imagina un mundo sin mapas, tecnología ni palabras escritas. Yo, Madre, es una aventura emocional expresada a través del simbolismo y el instinto. Como una mujer neandertal solitaria, alejada de su tribu, explora la génesis del lenguaje escrito y el éxito evolutivo del Homo sapiens. Es una historia de triunfo sobre la adversidad, que explica por qué aproximadamente el 4% de nuestro ADN es de origen neandertal.
Durante decenas de miles de años, nuestros antepasados parecieron utilizar el simbolismo de una manera curiosamente consistente.
— Genevieve von Petzinger, paleoantropóloga.
Sin lenguaje
Sumérjase en un mundo sin lenguaje: todas las interacciones, desde la interfaz hasta las misiones y el inventario, se transmiten a través de símbolos prehistóricos de sitios arqueológicos que datan entre 35.000 y 10.000 a. C., según una investigación de Genevieve von Petzinger.
Descifra un idioma perdido: a medida que juegas, moldearás gradualmente el significado de este mundo mediante símbolos. Las tareas, los objetivos y las ideas se expresan con dibujos primitivos que adquieren significado con el contexto.
Sin tecnología
No hay mapa. En cambio, confías en tus sentidos —vista, oído, olfato y memoria— para encontrar comida, refugio o peligro. Cada movimiento está guiado por el instinto, igual que nuestros antepasados.
Como en las técnicas de mapas mentales reales, los sentidos del personaje lo guían a puntos de interés en función de lo que puede percibir o recordar, haciendo de la propia naturaleza su sistema de navegación.
Sin violencia
No eres un guerrero. Eres una de las muchas criaturas que luchan por sobrevivir en un mundo vasto e indiferente. Cazas presas pequeñas para vivir. Engañas o huyes de depredadores más grandes. Nada de violencia gratuita, solo el frágil equilibrio entre la vida y la muerte.
Narrativa emocional
La protagonista se comunica exclusivamente a través de sus emociones (miedo, hambre, alegría, tristeza), expresadas mediante vocalizaciones y lenguaje corporal. Su estado emocional evoluciona con el mundo que la rodea e influye en cómo interactúa con los jugadores y cómo experimentan su aventura.
Por la noche, tus sueños prolongan este viaje emocional. Visiones surrealistas reflejan las experiencias del día, transformando miedos y recuerdos en imágenes simbólicas. No ofrecen respuestas verbales, solo metáforas visuales para interpretar. Al igual que los símbolos que aprendes en la naturaleza, estos sueños hablan a través del significado, no de las palabras.
Una banda sonora arraigada en la memoria antigua.
Compuesta por Paleowolf, la sombría banda sonora ambiental combina tambores tribales, instrumentos antiguos y voces rituales para evocar la cruda fuerza emocional de la humanidad primitiva. Esta música no solo acompaña a I Mother, sino que la encarna, capturando ritmos primigenios y la intensidad silenciosa de una era sin palabras.
Descubra evidencia prehistórica.
Plataformas opcionales y desafíos de puzles esperan a quienes exploren. Estos desafíos ocultos recompensan la curiosidad con artefactos prehistóricos coleccionables y ofrecen breves momentos de desafío físico en un mundo marcado por el silencio y la supervivencia.
ABOUT THE GAME
Un viaje prehistórico único.
Imagina un mundo sin mapas, tecnología ni palabras escritas. Yo, Madre, es una aventura emocional expresada a través del simbolismo y el instinto. Como una mujer neandertal solitaria, alejada de su tribu, explora la génesis del lenguaje escrito y el éxito evolutivo del Homo sapiens. Es una historia de triunfo sobre la adversidad, que explica por qué aproximadamente el 4% de nuestro ADN es de origen neandertal.
Durante decenas de miles de años, nuestros antepasados parecieron utilizar el simbolismo de una manera curiosamente consistente.
— Genevieve von Petzinger, paleoantropóloga.
Sin lenguaje
Sumérjase en un mundo sin lenguaje: todas las interacciones, desde la interfaz hasta las misiones y el inventario, se transmiten a través de símbolos prehistóricos de sitios arqueológicos que datan entre 35.000 y 10.000 a. C., según una investigación de Genevieve von Petzinger.
Descifra un idioma perdido: a medida que juegas, moldearás gradualmente el significado de este mundo mediante símbolos. Las tareas, los objetivos y las ideas se expresan con dibujos primitivos que adquieren significado con el contexto.
Sin tecnología
No hay mapa. En cambio, confías en tus sentidos —vista, oído, olfato y memoria— para encontrar comida, refugio o peligro. Cada movimiento está guiado por el instinto, igual que nuestros antepasados.
Como en las técnicas de mapas mentales reales, los sentidos del personaje lo guían a puntos de interés en función de lo que puede percibir o recordar, haciendo de la propia naturaleza su sistema de navegación.
Sin violencia
No eres un guerrero. Eres una de las muchas criaturas que luchan por sobrevivir en un mundo vasto e indiferente. Cazas presas pequeñas para vivir. Engañas o huyes de depredadores más grandes. Nada de violencia gratuita, solo el frágil equilibrio entre la vida y la muerte.
Narrativa emocional
La protagonista se comunica exclusivamente a través de sus emociones (miedo, hambre, alegría, tristeza), expresadas mediante vocalizaciones y lenguaje corporal. Su estado emocional evoluciona con el mundo que la rodea e influye en cómo interactúa con los jugadores y cómo experimentan su aventura.
Por la noche, tus sueños prolongan este viaje emocional. Visiones surrealistas reflejan las experiencias del día, transformando miedos y recuerdos en imágenes simbólicas. No ofrecen respuestas verbales, solo metáforas visuales para interpretar. Al igual que los símbolos que aprendes en la naturaleza, estos sueños hablan a través del significado, no de las palabras.
Una banda sonora arraigada en la memoria antigua.
Compuesta por Paleowolf, la sombría banda sonora ambiental combina tambores tribales, instrumentos antiguos y voces rituales para evocar la cruda fuerza emocional de la humanidad primitiva. Esta música no solo acompaña a I Mother, sino que la encarna, capturando ritmos primigenios y la intensidad silenciosa de una era sin palabras.
Descubra evidencia prehistórica.
Plataformas opcionales y desafíos de puzles esperan a quienes exploren. Estos desafíos ocultos recompensan la curiosidad con artefactos prehistóricos coleccionables y ofrecen breves momentos de desafío físico en un mundo marcado por el silencio y la supervivencia.