Total War Saga: Tronos de Britannia

Una saga de Total War™: Tronos de Britannia

Corre el año 878 d. C. El combativo rey de Inglaterra, Alfredo el Grande, montó una heroica defensa en la batalla de Edington, repeliendo la invasión vikinga. Castigados, pero aún decididos, los caudillos nórdicos se asentaron en Gran Bretaña. Por primera vez en casi 80 años, la paz en esta tierra se ve amenazada. Los reyes de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales presienten la llegada de una nueva era en esta isla real. Es una época de tratados y guerras, donde la fortuna cambia de bando y nacen leyendas, en una saga que retrata el ascenso de una de las naciones más grandes de la historia. Surgirán reyes. Solo uno será soberano.

Thrones of Britannia es un juego independiente de Total War en el que reescribes un momento crucial de la historia que definirá el futuro de la Inglaterra moderna. Elige una de las diez facciones jugables para construir y defender un reino para la gloria de los anglosajones, los clanes gaélicos, las tribus galesas o los recién establecidos vikingos. Forja alianzas, gestiona asentamientos populosos, recluta ejércitos y emprende campañas de conquista en el mapa más detallado de la historia de Total War.

Elige tu estrategia
La Gran Campaña ofrece varias maneras de alcanzar la gloriosa victoria: expandir agresivamente tu territorio mediante la fuerza militar, ganar renombre por tus capacidades de construcción, tecnología avanzada o influencia, o incluso completar una serie de objetivos únicos derivados de la historia de tu facción elegida. Después, prepárate para un desafiante final e intenta cumplir la condición final para la victoria definitiva.

Explora y conquista las Islas Británicas
Desde las nevadas Tierras Altas de Escocia hasta los prados y huertos de Kent, explora la niebla de la guerra y descubre la inmensidad de la Britania anglosajona. Observa cómo diversos pueblos, ciudades y campos se transforman en distintos tipos de campos de batalla. Conquista nuevos asentamientos más pequeños para acceder a oportunidades estratégicas. Interrumpe las rutas comerciales enemigas para expulsarlas de sus fortalezas.

Conquistador vikingo o rey anglosajón, define la leyenda.
Cada facción tendrá su propio conjunto de eventos y dilemas, muchos basados ​​en hechos históricos reales y problemas típicos de la época. Embárcate en expediciones vikingas o gestiona la economía rural de los anglosajones. Cada facción tiene su propia forma de jugar. Crea roles únicos para tu rey y nobles, personaliza el impacto de cada uno con diversas decisiones relevantes sobre su evolución y decide el desenlace de la historia.

La clásica jugabilidad de Total War, refinada
Incluye varias actualizaciones de las mecánicas centrales de Total War, como provincias, política, tecnología, reclutamiento, dilemas y mucho más, todo diseñado para agregar peso e inmersión a tu experiencia.

Facciones, culturas y reyes jugables:
Thrones of Britannia contará con diez facciones jugables de cinco culturas diferentes. Consulta el resumen a continuación.

Los anglosajones: Wesseaxna y Mercia
Tras el dominio romano en Inglaterra, se formaron nuevos reinos de origen germánico: Northumbria, Mercia, Wessex, Essex, Sussex, Anglia Oriental y Kent. Los habitantes de estas regiones pasaron a conocerse colectivamente como anglosajones.

Wesseaxna
Líder de la facción: Rey Alfredo
Las fuerzas de Wesseaxna, o Wessex en inglés moderno, eran el reino anglosajón dominante en el sur de Inglaterra y la primera línea de defensa contra las incursiones del Gran Ejército Pagano. Desde su capital, Winchester, Wessex conquistó territorios en Surrey, Sussex, Kent, Essex e incluso Mercia. La firme defensa de Alfredo contra la invasión danesa sentó las bases de la primera unificación de Inglaterra bajo un solo rey en el año 927 d. C.

Mercia
Líder de la facción: Ceowulf
Desde Tamworth, la capital, los reyes de Mercia gobernaron la zona que hoy se conoce como las Tierras Medias. En su apogeo, Mercia se extendía desde Northumbria, al norte, hasta Kent, Sussex y Wessex, al sur. En el año 877 d. C., el Gran Ejército Pagano se apoderó de la parte oriental del reino para formar el Danelaw, o Eastengla, conocido hoy como Anglia Oriental.

Los gaélicos: Mide y Circenn
La cultura gaélica se originó en Irlanda, y su sociedad se basaba en un sistema de clanes y caciques. Invadían y comerciaban con los asentamientos romanos, y para el año 878 d. C. ya habían ocupado toda Irlanda y gran parte de Escocia.
Con la llegada de los vikingos, algunos invasores se asentaron en tierras gaélicas, convirtiéndose en los gaélicos nórdicos. Los gaélicos escoceses absorberían posteriormente a los pictos para formar el reino de Alba, que sería la base de la Escocia moderna.

Medida
Líder de la facción: Rey Flann Sinna
El reino de Mide se encuentra en el corazón de Irlanda, tanto geográfica como política, intelectual y espiritualmente. Muchos reyes supremos han surgido de Mide, y el actual soberano, Flann Sinna, aspira al título.
Rodeado de diversas facciones irlandesas, Mide podría unificar a los clanes dispersos y marcar el comienzo de una era de prosperidad para Irlanda. Sin embargo, las amenazas acechan constantemente... los vikingos de Dyflin se han asentado en el este, y su poder e influencia siguen creciendo. ¿Intentará Mide mantener esta tensa paz? ¿Unir a los clanes en una guerra contra los ocupantes nórdicos? ¿O encontrar otra vía hacia la supremacía?

Circenn
Líder de facción: Áed mac Cináeda
Circenn fue originalmente un reino picto, pero durante el período en que sus habitantes fueron expulsados ​​por las implacables incursiones vikingas, sufrió una fuerte influencia de los gaélicos y otros pueblos. Las invasiones vikingas terminaron en el año 878 d. C., pero los problemas de Circenn no. Aunque mantienen un firme control sobre la costa este de Escocia, aún existen numerosas amenazas, tanto externas como internas.
Scuin, la capital de Circenn, albergó en su día la legendaria Piedra del Destino, que se dice otorga fuerza divina a su gente. El paradero actual de la piedra es un misterio, pero si se encuentran pistas, recuperar dicho artefacto sería sin duda una hermosa y trascendental aventura...

Los galeses: Gwynedd e Ystrad Clud
Los reinos galeses descienden de los británicos celtas que ocuparon gran parte de la isla de Gran Bretaña desde la Edad de Hierro hasta (y más allá) la colonización romana en el siglo I.
Irónicamente, el término "galés" proviene de "wealas", un término anglosajón para "extranjero", que era como llamaban a los británicos nativos. Los anglosajones prosperaron y muchos de los antiguos reinos británicos comenzaron a desaparecer.

Gwynedd
Líder de la facción: Rey Anaraut
Los habitantes de Gwynedd se encuentran entre los que pueden considerarse "británicos legítimos", tras ser expulsados ​​al extremo oeste por invasores que hoy se autodenominan "ingleses". Los galeses de Gwynedd, que prosperaron bajo el liderazgo de Rhodri Mawr, se hicieron famosos por su música y poesía, así como por su destreza con el arco largo.
Rhodri mantuvo a Gwynedd prácticamente a salvo de los vikingos y otros invasores mientras expandía su territorio. Ahora que ya no está, sus tierras están divididas.

Club Ystrad
Líder de la facción: Corre
Ystrad Clud es un reino del Viejo Norte que tiene sus orígenes en el siglo V con los britanos celtas. La capital del reino solía ser la fortaleza de Alt Clut, pero sus habitantes fueron expulsados ​​por una invasión vikinga en el año 870 d. C. El rey actual, Artgal, fue capturado y supuestamente asesinado en circunstancias misteriosas. El reino se restableció más al interior, en el valle del río Clyde, bajo el liderazgo de Run, el único hijo de Artgal.

El Gran Ejército Vikingo – Northumbria y el Este de Inglaterra
En el año 865 d. C., los hijos de Ragnar lideraron el Gran Ejército Vikingo y desembarcaron en el este de Inglaterra. Durante los siguientes 15 años, los vikingos se expandieron de norte a sur, desde Wessex hasta el río Clyde, ganando y perdiendo batallas hasta la Batalla de Edington en el año 878 d. C., donde su líder, Guthrum, fue derrotado por el joven rey Alfredo y su ejército de sajones occidentales. Derrotados en el campo de batalla, las fuerzas vikingas se retiraron en desorden a una fortaleza cercana. Inspirados por su victoria, los hombres de Alfredo persiguieron a los vikingos y comenzaron el asedio de la fortaleza. Tras dos semanas de hambruna, los invasores se rindieron.
Tras los términos de su rendición, Guthrum fue bautizado como cristiano, y a él y a sus hombres se les dio permiso para establecerse en Eastengla, siempre que mantuvieran la paz con el rey Alfredo, por supuesto.
Derrotados, pero jamás domados, los vikingos albergan una furia desbordante. No encarceles a un lobo y esperes no sufrir consecuencias...

Northumbria
Líder de la facción: Guthfrid
Cuando los vikingos llegaron a Northumbria en el año 867 d. C., tomaron la ciudad de York (o Eoferwic, como se llamaba entonces) como base de operaciones. La ciudad era una formidable fortaleza, con murallas romanas que aún se mantenían en pie incluso después de 700 años. El rey Aelle de Northumbria intentó recuperar la ciudad de manos de los daneses, pero fue capturado durante el ataque. Como venganza por la ejecución de su padre por parte de Aelle, los hijos de Ragnar lo castigaron con el horrible ritual del Águila Sangrienta.
Northumbria permaneció bajo control vikingo y, después de la Batalla de Edington y el posterior Tratado de Wedmore, una parte del Gran Ejército Vikingo regresó a Northumbria para establecerse bajo el tratado de paz de Alfredo.

Inglaterra del Este
Líder de la facción: Guthrum
Eastengla, que abarca la mayor parte de la costa sureste de Gran Bretaña, fue el cuartel general de la invasión del Gran Ejército Vikingo y donde se asentaron muchos de sus guerreros tras la Batalla de Edington. Bajo el reinado del líder danés Guthrum (o Æthelstan, nombre que Alfredo le dio), la región llegaría a conocerse como "Danelaw".
Aun así, el espíritu guerrero de los daneses de Eastengla no se domó del todo. No hay forma de renunciar a una vida de gloria para convertirse en granjero de la noche a la mañana.

Los reyes del mar vikingos: Dyflin y Sudreyjar
Tras casi un siglo de incursiones cada vez mayores, los vikingos dejaron una huella imborrable en Gran Bretaña, alterando para siempre el curso de su historia. Esto incluyó su cultura, ya que varios grupos pequeños de vikingos se habían asentado en las islas antes de que Alfredo derrotara al Gran Ejército Vikingo.
Estas facciones más pequeñas cambiaron una existencia de conflicto constante por una nueva vida en Gran Bretaña, estableciendo sus propios pequeños principados, casándose entre sí y, con el tiempo, integrándose en la vida cotidiana de las islas. Esta mezcla de culturas, tan emblemática de la historia inglesa, contribuyó a crear la mezcla de actitudes, creencias e idiomas que hizo tan singular a la gente de Gran Bretaña.
Sin embargo, algunos vikingos nunca llegaron a echar raíces. Aún ansiaban más, su sed de conquista y gloria nunca se sació. Estos Reyes de los Mares continuaron su vida guerrera, ignorando por completo cualquier decreto del recién coronado monarca de Inglaterra...

Dyflin
Líder de la facción: Bardr
Dyflin era una importante ciudad portuaria en la costa de Irlanda y sede del mayor mercado de esclavos de Gran Bretaña. Fue un importante centro de ocupación vikinga y, hasta el año 873 d. C., estuvo gobernada por Imar, comúnmente asociado con Ivar el Deshuesado, hijo del legendario caudillo vikingo Ragnar Lothbrok. La región ya había sido utilizada por invasores vikingos desde el año 840 d. C., por lo que hubo tiempo de sobra para que sus costumbres comenzaran a adquirir un matiz más gaélico.
Sin embargo, en el año 878 d. C., Bardr, hijo de Imar, estaba firmemente en el poder. ¿Buscará este ambicioso gobernante vikingo una paz más duradera con las facciones gaélicas que lo rodean? ¿O volverá a los dictados de Ragnar, emprendiendo un camino de guerra y dominación? Es difícil ignorar la llamada de su propia sangre guerrera...

Sudreyjar
Líder de la facción: Eirik
Al oeste de Alba se encuentra Sudreyjar, el Reino de las Islas del Sur. La parte sur del archipiélago de las Hébridas estaba compuesta por islas dispersas y escasamente pobladas, ya que pocos podían vivir en un entorno tan inhóspito debido al duro clima atlántico.
Al igual que gran parte de Gran Bretaña, estas islas entraron en creciente contacto con los vikingos a partir del siglo VIII. Antes de ser dominadas por los nórdicos, formaban parte del reino gaélico de Dal Riata. Durante el siglo siguiente, la ocupación escandinava adquirió muchas características gaélicas (y viceversa), especialmente después del 872 d. C., cuando Harald Fairhair ascendió al trono de Noruega y sus oponentes se instalaron en la región.
Las islas de Sudreyjar son pobres en recursos, pero son una base excelente para aquellos con inclinaciones más náuticas que prefieren dedicarse al saqueo y la exploración.